Julián Quirós, ante el álbum de los recuerdos
Escribía Emily Dikinson «Estoy afuera con linternas, buscándome a mí misma». Eso ha hecho Julián Quirós, reunir un puñado de palabras para buscar su propia memoria sentimental, acercarse a ese pretérito imperfecto de su biografía, de su intimidad para trazar su autorretrato. ‘Pérdidas y ganancias. Recuento de los años huidos’ es su primer libro de poemas, escrito en esos márgenes que le ha dejado su exitosa carrera periodística, y en él, por fortuna, no encontramos los pecados capitales de una obra que empieza, ni el peso de la influencia ni el patetismo de lo grandilocuente. Él sabe que la poesía es esa forma de decir un secreto en voz baja, de susurrar al oído del lector palabras con las que uno vuelve a jugarse la vida, incluso la que ya se vivió.
En estos poemas, por eso, quedan dibujados ese cuerpo a cuerpo, ese ajuste de cuentas con el pasado, como dice brillantemente C. Aganzo, o mejor aún, ese lugar donde el pasado ajusta cuentas con el hombre que quiere volver a él y no sale indemne. Julián Quirós abre su álbum personal y le pregunta a esas viejas fotografías qué historias hay tras ellas y hasta qué punto forman parte de esa colección de pasiones y de sueños que es la vida.