JULIÁN QUIRÓS, EN MEDIO DEL CAMINO
Quizás sorprenda que se haya animado ahora a publicar su primer poemario, aunque sabíamos su afición a escribir versos desde la primera juventud. Bachiller en el Colegio Libre Adoptado “Eugenio Frutos” de Guareña, tuvo la suerte de recibir las enseñanzas de Ángel Campos Pámpano, quien lo aficionó a la literatura. Alguna vez me referiría su admiración hacia el hombre de tan impecable trayectoria ética y estética prematuramente arrebatado por las Parcas. Justo a mitad del libro (pág. 64) se localiza el poema “Queda la siembra”, dedicado a Ángel Campos, que nos enseñó a mirar. No es solo una evocación: algunos de sus versos transliteran otros de La semilla en la nieve, conmovedora elegía, para mí la mejor obra del maestro desaparecido, galardonada con el Premio Extremadura a la Creación (2005).
“Recuento de los años huidos” el subtítulo de la ópera prima que reseñamos. Carlos Aganzo le ha puesto un rotundo preliminar: “De la poesía como ajuste de cuentas”. Pero que no llame a engaño: el poeta únicamente quiere ajustarlas consigo mismo; con los rescoldos que abrasan su memoria; cuanto fue o pudo haber sido en el decurso de sus vivencias íntimas. Nel mezzo del cammin di nostra vita, principiaba Dante su Divina Comedia. Quirós, consciente de su edad, escribe: Yo ya sé/ que he cruzado mi rubicón/Contigo/. Menos camino me queda/que el que me ha traído/ hasta aquí (pág. 52).