Luminarias, de María Engracia Sigüenza: una batalla por la luz
Para acercarse a ese misterio, María Engracia Sigüenza se ciñe a lo poético, a esa forma de intuición, de acercamiento, de esperanza y de consuelo.
Luminarias (2023, ARS POETICA) es el tercer libro de una autora, María Engracia Sigüenza, que pisa firme en el terreno de la poesía, con una obra que va creciendo en madurez y que parece inagotable por su capacidad para ahondar con infinita sutileza en cada sentimiento esencial. El libro está dividido en tres secciones, en las que se agrupan las diferentes corrientes temáticas; aunque, como siempre ocurre en estos casos, cuando el flujo poético del autor abarca una mirada amplia y transversal, algunas de las piezas podrían haberse incluido en más de una de las tres. En “El fuego del hogar”, reúne poemas evocadores de sus padres y de su infancia; en “Antorchas”, insiste en esa honesta y valiente batalla en la que la poeta está implicada, en la búsqueda de la luz “sin huir de la oscuridad”; en “Llamas”, encuentro algunos de los poemas más intimistas, a menudo ensamblados con las referencias artísticas de las que la autora sabe nutrirse tan bien. Ella misma, en su “Prefacio”, nos desvela el contenido de la estructura del libro y nos habla de la actitud poética que ha impulsado su creación.
Sin embargo, corresponde a cada uno de los lectores contar la huella que les han dejado estos poemas tan sentidos y hondos, clarividentes, emotivos y abiertos. Como tal vez no pueda ser de otra manera, el escritor tiende a demorarse más en la descripción de las sombras. He buscado las señales de la luz propuesta, y las he encontrado en franca minoría. Al reunir los versos que me han parecido particularmente bellos y significativos, he obtenido una primera impresión tal vez incompleta, deduciendo de sus expresiones una idea que la autora pueda tener sobre la vida que no es la definitiva, la constatación de un sustrato triste y demoledor. No obstante, lo que finalmente prevalece es la exigencia de una lucha continua por conseguir esas luminarias que contradigan el predominio de las lamentables resistencias.