Reseña del libro Fines Animae de Paco Jerez
«¡Encalad de negro mi alma / y esparcid mi cuerpo por abismos / si enterráis esta tierra en el mar de los olvidos!; / atado a ella quiero morir, / y vivir vagando sus lindes / ¡lindes del alma!, lindes sin fin…». La tierra es Granada. Y los lindes (los límites, los términos, las heredades) son los y las lindes de la raíz familiar: los apellidos, la sangre. La opera prima poética le llega a Paco Jerez (Madrid, 1962) en la madurez de su expresión. Sin embargo, de manera casi cronológica, el poeta y profesor madrileño, y granadino, recoge los poemas del alma que ha ido escribiendo a lo largo de su existencia, casi como un testimonio presencial, una fe de vida poética. En Fines Animae, y de la mano de Ars Poetica, en su colección Ab Ipso Ferro, Paco Jerez busca la tierra de sus antepasados como identidad de su propia existencia, buscando el contrapunto entre el universo mítico del espacio abandonado por los padres y la realidad urbana de la gran ciudad en la que nacieron y crecieron sus hijos. Una crónica poética donde los arrabales, los suburbios, los territorios del margen constituyen el paisaje existencial en el que millones de personal, al igual que le sucede al poeta, buscan denodadamente la huella de unas raíces que el tiempo no termina de borrar. Un ajuste de cuentas del que sólo se puede salir victorioso gracias a la palabra. Poesía en pulsión como materia para afrontar «la insoportable liquidez del tiempo».