«Si algún paraíso existe hoy es allí donde se comprueba que el amor se ha encarnado»
Una nueva obra llamada a ser de referencia en la trayectoria lírica del reconocido poeta Alfredo Pérez Alencart, profesor de la Universidad de Salamanca y colaborador de este diario, quien acaba de ver publicado su libro 'Barro del Paraíso' en una cuidada edición que suma tintas del pintor Miguel Elías ilustrando cada poema.
– Presentará su libro a principios de mayo. Extraña que no lo haya hecho dentro de la Semana Santa que acaba de concluir, teniendo en consideración que su temática hubiera encajado a la perfección con lo que allí se celebra.
- Prefiero memorar, hacer memoria del Poeta del Reino fuera de esas fechas oficiales, cuando hasta gente que descree de Cristo se torna algo tolerante mientras se dedica a practicar el turismo o a contemplar imágenes que se procesionan por las calles. Siempre he huido de lo facilón, de lo acomodaticio, de aquello que se estima más conveniente. Esta forma de ir a contracorriente tiene su precio a pagar, que lo he asumido desde el principio de mi religación con el Amado galileo. Manifestarse como cristiano a cara descubierta no es lo normal, fuera de la Semana Santa o los días que preceden a la Navidad. En mi caso, los que siguen mi trayectoria literaria, saben que no escondo mi fe cristiana ni los versos míos que encuentran anclaje en los profetas bíblicos.
–¿Se podía decir que ésta es su segunda obra de temática cristiana o espiritual, tras 'Cristo del Alma'?
–En realidad es la quinta obra que publico bajo esta vertiente. Cierto que 'Cristo del Alma', publicado en 2009, representa un listón difícil de superar para mí mismo. Creo que es uno de mis libros más completos, más genuinos, más necesarios, con mayor voltaje poético que he escrito. Pero también está, como libro entrañable, 'Prontuario de Infinito', aparecido en 2012 en edición bilingüe español-francés, con traducción y epílogo de la destacada profesora Bernadette Hidalgo Bachs, de la Universidad Blaise Pascal en Clermont-Ferrant. Luego, en 2014, publiqué el poemario 'Hasta que Él vuelva', que sí es un poemario porque en él di albergue a muchas 'criaturas' mías desperdigadas hasta entonces en revistas, periódicos o antologías, sin tener una casa común. Finalmente, en fechas más recientes, el año 2017 publiqué la plaqueta 'Ráfaga de Reforma', que incluía sólo tres poemas pero traducidos a doce idiomas: hebreo, griego, latín, alemán, árabe, inglés, ruso, italiano, hindi, francés, quechua y portugués. Son textos celebratorios, bien de la Reforma iniciada por Lutero, bien de Casiodoro de Reina, el primer traductor de la Biblia al castellano, un monje que dejó su orden y fue perseguido por ello, pero también hostigado por los propios protestantes en su exilio centroeuropeo. Por ello, el tercer poema se titula 'Los fariseos, siempre los fariseos', y creo que los lectores entenderán el por qué. Precisamente este año se celebra el 450 aniversario de su Biblia del Oso, como se conoce su versión, con un castellano exquisito que muchos deberían leer, aunque sea por un apetito literario.